Mi jefe tiene un tesoro
metió oro en una empresucha
va to’ estirao, está echo un toro
ha cambiado ya dos veces de peluca
su mujer se acuesta con un moro.

Mi jefe siempre manda y ejecuta.
Dice: para esto hay que tener madera,
nadie te regala nada en esta vida,
conseguir las cosas implica dar cera.
Yo pienso: hay que ser un hijo puta.

Mi jefe cree que mueve los hilos,
confunde su cubículo con un despacho,
el muy iluso cree que hila fino.
Popescu objeta: “te has pasado, macho”.
Lo normal es que le peguen un tiro.

Ha enmendao’ la cocina
y ha alicatao’ el baño
por efecto de la cocaina
lo ha dejado todo blanco.